Muchos de mis alumnos acuden al
centro aquejados de una gran presión producida por el estrés que soportan cada
día. Existe en ellos una curiosidad creciente por conocer mejor ese estrés que
les machaca cada día y por aprender
técnicas que les faciliten la manera de enfocar su vida estresada desde otro punto de vista.
El control es una herramienta
imprescindible para enfrentarnos a los problemas y el estrés cotidiano. Muchos
de los eventos que nos rodean están inevitablemente fuera de nuestro control;
sin embargo, otros que nos parecen ajenos a nuestra influencia no lo son.
Nuestra capacidad de influir en algunas circunstancias que nos rodean depende
de la manera de enfocar las cosas. Lo que consideramos posible depende de las
creencias que tengamos sobre nosotros , de nuestras capacidades y del modo en
que enfocamos el mundo.
En esos momentos en los que la
presión del día a día nos desborda, en los que todos nuestros esfuerzos son
improductivos, es fácil sucumbir a pautas de pensamiento de rumiación depresiva. En este estado los
procesos automáticos de pensamiento generan sentimientos de depresión,
impotencia y frustración.
En otros momentos tal vez vivimos el mundo que nos rodea como algo que nos amenaza aflorando sentimientos de inseguridad y ansiedad que nos desembocan en un estado de Preocupación incansable por todos eventos que creemos que nos amenazan o pueden poner en peligro nuestra sensación de control y bienestar. Esta sensación de sentirnos amenazados puede llevarnos a generar sentimientos de hostilidad e ira que nos arrojan a una conducta hostil. Todo ello nos ocurre por un fuerte instinto de protegernos y mantener el control.
Es en estos episodios citados cuando
podemos caer con facilidad en patrones de conducta destructivos o
autodestructivos. Esto nos lleva a acrecentar nuestro malestar alejándonos del
anhelado sentimiento de felicidad y paz interior.
Nuestra gran preocupación por el
control nos lleva a desestabilizarnos por nuestras reacciones a insignificantes
acontecimientos que percibimos como una amenaza a nuestra sensación de control…
quien no ha perdido los nervios de forma desmedida ante un atasco o cuando
nuestro hijo parece ignorar, una vez tras otra, nuestras indicaciones.
“Pero… Yo no soy capaz de mantener la atención ni un
minuto seguido, es que soy muy inquieto. Mi mente es incapaz de centrarse en
algo”
Este autojuicio me llega
constantemente cuando empiezan a sentir cierta curiosidad por el aprendizaje
del Mindfulness.
Es de sobra demostrado que todos tenemos la capacidad de estar atentos. Lo único que necesitamos es entrenar la capacidad de prestar atención al momento presente, sin juicio o dándonos cuenta de la gran cantidad de juicios que emitimos constantemente.
El entrenamiento de técnicas de
Mindfulness nos dota de herramientas que nos llevan a descubrir que en nuestro
interior también tenemos espacios de bienestar, sosiego, comprensión y claridad.
El Mindfulness es una forma de prestar atención profunda. Consiste en mirarse
profundamente con la intención de
conocerse y comprenderse mejor.
En EdeEquilibrio estamos
especializados en cursos de 8 semanas en las que te iniciamos en este nuevo
sistema de vida. De una forma sencilla irás descubriendo tus mecanismos
mentales y diseñando un nuevo esquema de patrón de pensamiento más productivo
para ti.
Nuestros grupos son reducidos y las
sesiones semanales son de
aproximadamente 2h de duración. Durante el curso irás recopilando un completo
dosier y audios para tus prácticas en casa.
Abierta inscripción para nuevo curso:
En horario de VIERNES TARDES
iniciamos 27 marzo
En horario de SABADO MAÑANA iniciamos
28 marzo
Información y reservas
Pilar Aleixandre
WhatsApp: 687451788
Mail: edeequilibrio@gmail.com