Un grupo de científicos de Finlandia, ha descubierto como se desarrollan los sentimientos subjetivos en la conciencia del ser humano. Han plasmado sus hallazgos en el mapa corporal de los sentimientos humanos
El ser humano posee un espacio imaginario, en el que observar los sentimientos de nuestro día a día. Es fundamental aprender a conocer su procedencia y relacionarlos entre sí y percibir la impronta que dejan en nuestro organismo. Finalmente tomaremos conciencia de que podemos controlarlos o no hacerlo.
Son las emociones que despiertan estos sentimientos, las que los catalogan como agradables o desagradables. La evolución de la conciencia va encaminada a los orígenes de la misma: informar al organismo y a los demás del daño o bienestar de los tejidos. Esta información la comunicamos mediante el lenguaje, el pensamiento y el razonamiento.
Clasificación de las emociones
El cerebro analiza y combina las señales provenientes del entorno externo y del cuerpo. De este análisis obtenemos cinco categorías de procesos.
Emociones positivas (felicidad o la alegría)
Emociones negativas (miedo o rabia)
Operaciones cognitivas (escuchar o recordar)
Funciones homeostáticas (hambre o el sueño)
Sensaciones de enfermedad (toser o estornudar)
Estos sentimientos dejan una huella en nuestro mapa corporal de los sentimientos humanos. Nuestros sentimientos se manifiestan con sensaciones en puntos del organismo. Los que se experimentan de una forma similar están en cercanos, mientras que los que se sienten diferentes aparecen distantes.
También encontramos zonas duales. En ellas se encuentran emociones opuestas. Las emociones positivas de reconocimiento y solidaridad, y las negativas de culpabilidad y desesperación, dejan su principal impronta en el corazón, en la cabeza y en el vientre.
Ya conocemos que el dolor y las emociones negativas están íntimamente relacionadas con enfermedades somáticas y psicológicas. Nuestros hallazgos ayudan a comprender cómo las enfermedades y los estados corporales influyen en nuestro bienestar subjetivo.
Mejorando nuestro mapa corporal de los sentimientos humanos
Ahora nos situamos en ese momento de nuestra vida cotidiana en el que nos sentamos a leer. Ese tiempo en el que respiramos con conciencia plena. Reconoceremos que estas acciones mueven cierta energía en nuestro cuerpo. Esto nos puede ser de utilidad para ese reconocimiento de las emociones negativas. Nos mantenernos como meros observadores de las mismas, con ecuanimidad, sin ceder a ellas. Es el camino para no caer en la espiral que lleva al malestar. Estas técnicas se suelen practicar en diferentes meditaciones, como la budista. De esta forma ayudaremos a mantener nuestro cuerpo a salvo de los reflejos emocionales que le crean enfermedad.